número 17 | noviembre 2018
Críticas
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Cruel. Una pieza teatral fundada en Ricardo III. (Trabajo en proceso)

Ana Seoane (UNA/UBA)

 

Adaptación: Patricio Orozco y Marcelo Savignone

Elenco: Sergio Beron, Mercedes Carbonella, Luciano Cohen, Agostina Degasperi, Andrea Guerrieri, Víctor Malagrino, Marta Rial, Pedro Risi, Belén Santos y Marcelo Savignone.

Vestuario: Mercedes Colombo

Escenografía: Gonzalo Córdoba Estévez

Iluminación: Ignacio Riveros

Máscaras: Alfredo Iriarte

Música original: Sergio Bulgakov

Asistencia de dirección: Maria Florencia Alvarez, Chusa Blázquez, Cristian Rodrigo Cabrera, Sebastián Cattan y Antonela Scattolini

Dirección: Marcelo Savignone.

Centro Cultural Recoleta.

 

No es la primera vez que Marcelo Savignone se acerca al universo de Shakespeare, ya que en 2010 integró el elenco de Hamlet que dirigió Manuel Iedvabni y en el que interpretó a Laertes. Dos años después armó un unipersonal sobre esta misma obra al que tituló HxH, Hamlet por Hamlet donde asumía varias responsabilidades: adaptación, dirección e interpretación.

Para el investigador polaco Jan Kott Ricardo III  de William Shakespeare “es la historia sin intersticios”. Señala constantemente que este “Gran Mecanismo” que pone el dramaturgo inglés en sus obras lo transforma siempre en “nuestro contemporáneo”. En esta nueva versión que dirige y encabeza el elenco Marcelo Savignone consigue moverlo sobre el escenario. Hay que subrayar que no falta ninguna de las escenas vitales, ni las frases más inmortales de este texto. Consiguió condensar en muy poco más de una hora sin que se perdiera ni las acciones claves, ni la psicología de este protagonista, ni la de sus víctimas.

Con muy poca escenografía (paneles y una inmensa mesa) más un vestuario que le permite a sus actores multiplicarse, ya que sumó la utilización de máscaras consiguió imprimirle a su puesta un notable ritmo de aceleración. Los crímenes se suceden sin dar respiro, tanto como la maldad maquiavélica de este gran personaje shakesperiano. Es lady Ana quien lo bautiza con el nombre del animal, cuando le dice: “Atrás, repugnante ministro del infierno. Avergüénzate, montón de deformidades, salvaje jabalí.” A partir de esta frase Savignone se coloca en la espalda la cabeza de un jabalí y la usará en varias ocasiones, cuando la muerte venza a la vida.

Otro gran acierto de esta puesta es la música original de Sergio Bulgakov que es interpretada en vivo y que sirve para pulsar al ritmo del espectáculo. Subraya los crímenes y le da la atmósfera necesaria donde el círculo tendrá siempre su obsesión: la corona, o sea, el poder. El vestuario de Mercedes Colombo colabora con tonos oscuros a marcar la época y permite los rápidos cambios de los actores, que pasan de un personaje a otro de manera muy acelerada. Sus diseños ubican un tiempo pasado con efectividad. Otro lenguaje clave fue la iluminación de Ignacio Riveros que con amplio predominio de oscuridad permitió que no se perdieran nunca las escenas, ni los rostros de sus protagonistas. Hay en su luz la atmósfera de los calabozos y de esos castillos medievales de ventanas pequeñas. El clima que consiguió sumó otro acierto a esta puesta. Todo el elenco desde Sergio Beron, Mercedes Carbonella, Luciano Cohen, Agostina Degasperi, Andrea Guerrieri, Víctor Malagrino, Marta Rial, Pedro Risi hasta Belén Santos se sumaron a este juego de aceleración pero sin que se perdieran los textos. 

Marcelo Savignone había llevado al escenario el mundo de Antón Chejov con tres espectáculos (Ensayo sobre La gaviota, Mis tres hermanas y Un Vania). Ahora con este espectáculo demuestra que los clásicos son excelentes disparadores para iluminar el aquí y el ahora. En este caso Cruel demuestra como escribió Kott que “el mal engendra otros males”. Hay en su dirección y en su visión escénica un subrayado hacia “el otro”, ese que no importa, por eso se lo mata, se lo aniquila y jamás se siente remordimiento. Fue volver a un texto pasado para poder hablar de cierto presente.