número 17 | noviembre 2018
Reseñas
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Chaud, Mariana. Obra espástica. Buenos Aires, Rara Avis Editorial, 2018, 167 pág.

Mariano Zucchi (CONICET, UBA, UNA)

 

Obra espástica es un texto que reúne tres piezas teatrales de la dramaturga argentina Mariana Chaud: Ubú Patagónico, En la huerta y No me pienso morir. Con prólogo de Santiago Gobernori, integrante del elenco de la puesta en escena del primer material, esta nueva publicación de Rara Avis Editorial (Colección Gallinero) parece encontrar su unidad en su propia heterogeneidad. En efecto, cada uno de los materiales responde a lógicas estructurales, tradiciones estéticas y configuraciones enunciativas distintas, las cuales exhiben una gran maestría y versatilidad por parte de Chaud en su labor como dramaturga. Más allá de estas diferencias, el texto parece estar atravesado por una fuerte impronta lúdica y de experimentación, sobre todo, en términos formales.

En Ubú Patagónico, por ejemplo, texto que se produjo en el marco del ciclo Invocaciones en el Centro Cultural San Martín, un grupo de actores porteños intentan llevar a escena una versión de Ubu Rey (1896) de Alfred Jarry. Sin embargo, y como consecuencia del proceso de apropiación, el clásico del dramaturgo y director francés se presenta como intervenido tanto por una serie de inconvenientes que surgen durante la representación como por la propia adaptación al mundo pampeano. De algún modo, la reescritura que propone Chaud, si bien retoma algunos elementos del texto original (la fábula, por ejemplo), busca recuperar el programa estético de Jarry (la Patafísica) e indagar en su funcionamiento en el marco de la posmodernidad. En efecto, Ubú Patagónico se vale de un gran número de procedimientos típicos de las vanguardias de principios de siglo XX (alternación de la lógica causal, mostración del artificio, desdoblamientos subjetivos, recursos meta e intertextuales, mezcla de géneros) para construir un texto dinámico, provocador y de humor corrosivo.        

En la huerta, en cambio, sigue el esquema de una pieza realista. Con un tono en exceso medido, esta pieza narra la historia de una mujer recién separada (Ingrid) que se aloja un tiempo en su casa de campo buscando tomar distancia de su vida citadina. Allí, se vincula con Pablo, casero del lugar, con el que lentamente comenzará a desarrollar un vínculo amoroso. Más allá de la fábula, uno de los aspectos más destacables de la pieza es su sutiliza tanto en términos dramáticos como lingüísticos. Efectivamente, Chaud ubica con precisión una serie de signos orientados a generar expectativas en el lector, los cuales generan una lectura muy fluida del material. Por otro lado, el cruce de mundos (el campo y la ciudad), punto central del conflicto, son retratados de forma muy verosímil, tal como exige el género en el que se inscribe la obra.

Finalmente, No me pienso morir apuesta al desdoblamiento y yuxtaposición temporal para contar la vida de un personaje (Amalia) en su juventud y en su vejez. En efecto, la pieza propone continuos saltos de tiempo entre 1939 y la década de 1980, que permiten contrastar el discurso de una joven que viaja a Europa en barco al encuentro de su marido con el punto de vista del mismo personaje en las postrimerías de su vida junto a su hija y sus nietos. Sin dudas, el gran acierto de este material se produce en el plano enunciativo: los modos respetuosos típicos de la clase media alta se combinan con un humor poco sutil, lo cual genera un contrapunto que mantiene la atención del lector.

Dejando de lado las diferencias formales entre los materiales, nos interesa sugerir que otro elemento que le da unidad a la publicación es el modo en que se inscribe en la tradición literaria mediante la evocación del célebre tópico “civilización y barbarie”. Como bien se sabe, esta aparente dicotomía atraviesa toda la historia de la literatura argentina desde su fundación. En Obra espástica Chaud no solo la recupera, sino que piensa su funcionamiento en tres escenarios distintos.

En el caso de Ubú Patagónico, y tal como se desprende del propio título, el intelectualismo europeo de la vanguardia francesa (la búsqueda estética de Jarry) aparece yuxtapuesto con el universo pampeano del indio y el del conurbano porteño. Incluso, está combinación se produce en términos lingüísticos: un humor de corte escatológico y un lenguaje en extremo cotidiano recrean una fábula artificial de corte shakespeariano.

En En la huerta, cada uno de los protagonistas (Ingrid y Pablo) parecen ser presentados como representantes de la civilización y la barbarie, respectivamente. En efecto, de forma recurrente la obra le atribuye al personaje femenino conocimientos académicos y culturales, mientras que el casero queda a cargo de reproducir un saber de tipo proverbial. Sin embargo, la pieza no muestra estos universos como irreconciliables: a medida que avanza el conflicto, los personajes comienzan a desarrollar un vínculo sentimental entre ellos y, así, se evidencia, incluso en la construcción de un código común, que existe un punto de encuentro posible entre ambas esferas (en sintonía con la propuesta sarmentina).

En tercer lugar, No me pienso morir también evoca la dicotomía antes mencionada. En retiradas oportunidades el personaje de Amalia (la protagonista) se ubica como exponente de la “civilización”, sobre todo, si la contrastamos con el personaje de Pepa (su criada) e Irma (su hija), representantes, cada una a su modo, de un saber de menor intelectualidad. Sin embargo, lo que nos interesa destacar es que la pieza agrega, además, la mirada de los nietos, los cuales no se identifican con ninguna de estas perspectivas. De algún modo, en No me pienso morir se puede reconocer un intento de superación del pensamiento binario tan característico de la tradición argentina, ya que la obra pone en diálogo, por supuesto, un diálogo no exento de conflicto, puntos de vista múltiples sobre la realidad.

En síntesis, Obra espástica constituye una publicación de corte lúdico y experimental que muestra a una dramaturga con un buen manejo técnico en la escritura de diversos subgéneros. Una serie de textos con un carácter esencialmente heterogéneo que ubican a la alteridad como núcleo del conflicto dramático y, en el proceso, dialogan con la tradición literaria argentina.