número 19 | diciembre 2019
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Dibujos Urgentes: Imágenes de lo insepulto

Silvia Maldini (UNA)

 

RESUMEN

El trabajo del grupo Dibujos Urgentes es interpretado como parte de los nuevos modos de hacer arte y política en diferentes puntos de América Latina, en relación a una investigación vinculada a la Red Conceptualismos del Sur.
En 2010 el Tribunal Oral y Federal Número 5 prohibió que las cámaras (fotos y videos) registren los juicios de crímenes de Lesa Humanidad en Argentina. La agrupación H.I.J.O.S. invitó a dibujar en los tribunales de Comodoro Py, a partir de entonces El grupo Dibujos Urgentes generó un “dibujo en acción” en las audiencias para hacer visible lo insepulto. Los dibujos de los genocidas son leídos como performances políticas, en un acto de resistencia frente al olvido.

 

PALABRAS CLAVE

Dibujos Urgentes, Arte y política, Insepulto, Memoria, Eugenia Bekeris, Paula Doberti

 

SUMMARY

The work of the Urgent Drawings group is interpreted as part of the new ways of doing art and politics in different parts of Latin America, in relation to an investigation linked to the South Conceptualisms Network.

In 2010, the Oral and Federal Court Number 5 prohibited the cameras (photos and videos) from registering crimes trials against Lesa Humanidad in Argentina. The H.I.J.O.S. invited to draw in the courts of Comodoro Py, thereafter The Urgent Drawings group generated a “drawing in action” in the hearings to make the insepult visible. The genocidal drawings are read as political performances, in an act of resistance to oblivion.

 

KEYWORDS

Urgent Drawings, Art and politics, Insepult, Memory, Eugenia Bekeris, Paula Doberti

 

Durante los años setenta y ochenta, América Latina fue recorrida por varios hechos en común: Genocidio, fosa común, NNs, campos clandestinos de concentración, aparición de cadáveres. Esta operación sistemática de desapariciones fue negada por los gobiernos. Se condenó así a los cuerpos a carecer de nombre y de sepultura. Muertos que no descansan, y en muchos casos la sociedad cómplice permanece hasta hoy indiferente. Más tarde, en los años ochenta y noventa, con el retorno de la democracia, algunos artistas dieron cuenta de las torturas,  de las desapariciones y de las muertes sucedidas en los gobiernos dictatoriales.

En el año 2012, se realizó en el Museo Reina Sofia de Madrid la muestra antológica Perder la forma humana, Una imagen sísmica de los años ochenta en América Latina, que plantea un contrapunto entre los efectos arrasadores de la violencia sobre los cuerpos, y las experiencias artísticas radicales, de libertad y transformación que enfrentaron al orden represivo. La exposición señala la aparición múltiple y simultánea de nuevos modos de hacer arte y política en diferentes puntos de América Latina durante los años ochenta.  Así mismo, fue presentada como un avance de un proyecto de investigación en curso que involucra a 31 investigadores vinculados a la Red Conceptualismos del Sur. Esta primera fase se concentra en episodios ubicados en Argentina, Brasil, Chile, Paraguay y Perú, con la inclusión de casos puntuales en Uruguay, México, Colombia y Cuba, a partir de una constelación de problemas y preguntas comunes.

La muestra fue acompañada por un libro. En su introducción, los autores afirman que el alcance de la investigación tiene en cuenta un complejo mapa de la encrucijada histórica actual en una América Latina, que representa hoy a nivel mundial una interferencia en la implantación global del neoliberalismo. Ubicados en ese contexto, se preguntan de qué modo puede contribuir este proyecto a las luchas colectivas que han irrumpido durante los últimos años tanto en América Latina como en Europa y otras partes del mundo. Para ello conciben la investigación como una cartografía parcial de las irrupciones y tensiones artísticas y políticas que atravesaron una época y a diferencia de un catálogo convencional, se presenta como una caja de herramientas. Aspiran a funcionar como puntas de lanza que al atravesar la memoria material (documentos y obras) e inmaterial (testimonios) desenvuelvan nuevas tramas de sentido. Imaginan que el libro puede convertirse en “un tejido móvil, un dispositivo a completar, un experimento de reactivación, un organismo vivo e imperfecto.” (pp. 13, 2012)

A propósito de esta concepción, considero pertinente incluir  al grupo Dibujos Urgentes en un diálogo con la investigación iniciada en Perder la forma humana. En uno de los capítulos, FOSA COMUN (Longoni, Ana y López, Miguel,  2012), se pone de manifiesto aquello que socialmente está oculto y no se ha procesado: lo insepulto, lo no resuelto, la represión, la discriminación racial y sexual, la desaparición masiva de personas.Se exponen dos ejemplos de cómo  el teatro y las artes performáticas, fueron un territorio desde donde señalar lo insepulto, y en algunos casos como su sustituto ritual, a partir de dos grupos: El Periférico de Objetos de Argentina y el grupo Chaclacayo de Perú.  
Dibujos Urgentes, un grupo argentino del presente, al igual que los otros artistas a los que hace referencia el texto INSEPULTO,  se dedica a la exploración colectiva de la memoria social, y en especial al tema de las desapariciones en campos clandestinos de detención. Pasadas varias décadas, se hace presente una continuidad en la denuncia  de lo insepulto a través del arte.

“Esos muertos que no descansan, esos muertos que mueren para resucitar y volver a morir en un acto inacabable, son un legado que todavía pone en crisis y fractura el entendimiento de la memoria colectiva. " (pp. 116, 2012)

¿Cómo poner de manifiesto en su entera magnitud los macabros hallazgos de decenas de miles de cuerpos torturados y enterrados clandestinamente a lo largo del continente durante el último medio siglo? Estos son cuerpos condenados a carecer de nombre, de entierro y de sepultura, muertos que no descansan, muertos que mueren para resucitar y volver a morir en un acto inacabable. La memoria colectiva continúa aun en crisis de entendimiento ante el horror de las violaciones de los derechos humanos, ejercido desde los poderes fácticos.

 

Un hecho performático:

Dibujos Urgentes es el nombre de un equipo de trabajo militante, gestado por las artistas visuales Eugenia Bekeris y Paula Doberti, que comenzó en 2010, cuando el Tribunal Oral y Federal N° 5 prohibió que las cámaras  (de fotos y videos) registren los Juicios de Lesa Humanidad. 

 “El espacio físico de un tribunal es un territorio ajeno para el arte. Montar una clase con modelo vivo se volvió un símbolo multidireccional: aprender donde se quiere encubrir, poner imágenes a los silencios. Participantes: en el acto performático de los dibujantes captando las escenas, los rostros y el espacio que no se puede filmar, los espectadores son también público de lo que. Los asistentes que acuden a observar las declaraciones se encuentran a la vez formando parte de la acción de los dibujantes e inclusive incluyéndose como personaje en algún boceto. Cuando se produce un receso es frecuente que los espectadores se acerquen a los dibujantes (que también son espectadores del juicio) y les pidan ver lo que captaron. Se generan así recuerdos compartidos al describir a algún represor o rememorar un testimonio que se acaba de escuchar. Se produce una comunión entre los espectadores del horror narrado por los testigos. Los dibujantes traducen en imágenes instantáneas las emociones conjuntas.” (Doberti, 2013)

Doberti y Bekeris definen la actividad como “Dibujo en Acción Documental Histórica”. Han encontrado esta nueva estrategia desde un hecho performativo, un dibujo en acción, un croquis atravesado por las emociones. A través del dibujo dan visibilidad a lo que sucede en el recinto de los Juicios de Lesa Humanidad  que aún permanece insepulto ante la mirada indiferente de la mayoría de la sociedad. En un texto de su autoría, ambas artistas (Bekeris y Doberti, 2013) cuentan que Las Abuelas de Plaza de mayo se comunicaron con ellas para pedirles los dibujos de uno de los Juicios de apropiación de los nietos. Las artistas se sintieron conmovidas al saber que su tarea tenía un sentido concreto y presente. Las abuelas no tenían imágenes de este Juicio, y eso las llevo a comprender que el trabajo de Dibujos Urgentes les devuelve la visibilidad a los apropiadores y a los entregadores. Construyeron rostros y actitudes que ahora se pueden observar.

 

La conformación del equipo

En el inicio trabajaron a partir de la convocatoria de la agrupación H.I.J.O.S que junto al entonces Instituto Universitario Nacional del Arte (I.U.N.A., hoy U.N.A.) invitó a "Clases con modelo vivo en Comodoro Py". ​Era una acción concreta tendiente a la construcción de dibujos a manera de archivo en crecimiento de lo que acontece en las audiencias judiciales. Las llamaron “Clases con modelos vivos gratuitos en Comodoro Py” y proponen: “Vení a dibujar en los juicios a los genocidas”.
Dibujos Urgentes ha realizado múltiples exposiciones y ponencias  desde el año 2013 a la actualidad, en Universidades, Museos, Centro de Derechos Humanos, Centros Culturales, en Argentina y en Uruguay.

Eugenia Bekeris es Artista visual, Segunda generación descendiente de la Shoá. Su obra es testimonial, recuperando el lenguaje a través de la acción del arte para reconstruir su identidad. Aborda lo irrepresentable lo inimaginable: el silencio, instalado por el horror en su  familia atravesada por el Genocidio nazi. Trabaja desde el arte la memoria de las catástrofes. Entrecruza dos lugares de tiempos y memoria: Shoá y la dictadura militar. Creadora de espacios de reflexión interdisciplinarios  como estrategia de aprendizaje  y transmisión.  

María Paula Doberti es una Artista visual. Docente de la UBA, la UNA y la ESEA Manuel Belgrano. Maestranda en Artes Performáticas en la UNA. Trabaja en intervenciones en el espacio público desde 2002. Su campo de obra abarca el arte urbano y político, utilizando como soportes la calle, las instalaciones, la performance, los objetos, el dibujo, la fotografía y la investigación. Integra los colectivos Corda/Doberti, MOC, Río Memoria, G.R.A.S.A. e Independencia Imaginaria.  Es co-Directora de Umbral, espacio de arte.


La acción

Entran a la sala designada, con acreditación oficial, se sientan y eligen qué dibujar. Centran la mirada en los personajes que van a atrapar en cada dibujo. Sólo miran y dibujan, tanto un testigo, un querellante o un juez. Todos se vuelven extraordinarios, únicos. De este modo se dejan invadir por todo tipo de emociones inesperadas, mientras bosquejan y escuchan los alegatos. Por lo general suman algunos textos y nombres para señalar quiénes son. No trabajan desde la metáfora, le dan visibilidad a las escenas que transcurren dibujando rápidamente y dejando así una contribución a la interminable construcción de la Memoria. Van atravesando diversas sensaciones: sorpresa, indignación, temor, incredulidad, sospecha, duda, desconcierto, estupefacción... Estos trabajos son documentos que llevan la firma de las artistas, como responsables de la realización que vuelve visible las escenas que atrapan, casi como una cacería virtual. Con esta acción se suman a las estrategias de resistencia y a la lucha por Memoria, Verdad y Justicia. Así lo relata una de las artistas en su sitio Web: “Ir a los Juicios se volvió un compromiso, un trabajo militante de resistencia frente al olvido. Los Juicios nos permiten intuir la profundidad de la herida que ha dejado el genocidio argentino en nosotros, nos posibilita estar presentes y participar en el recinto donde trabaja la justicia, el Cuerpo Legal.” (Doberti, 2013)

 

Activismo artístico

Por su calidad de militancia comprometida con los derechos humanos, resulta pertinente poner a dialogar la experiencia de Dibujos Urgentes, también con otro capítulo del libro Perder la forma humana, el texto titulado Activismo Artístico (Expósito, Vidal, Vindel, 2012), en el cual se designa “activismo artístico a aquellos modos de producción de formas estéticas y de relacionalidad que anteponen la acción social a la tradicional exigencia de autonomía del arte que es consustancial al pensamiento de la modernidad europea.”
En otro punto del capítulo Activismo Artístico se señala que el activismo artístico decide una cartografía de intervención propia, desde el cual plantear la interpelación social, independiente de las normativas de la institución artística, y derivados de los objetivos sociales-políticos que la práctica Dibujos Urgentes se ha propuesto. María Paula Doberti amplia estos conceptos en un texto de su autoría cuando afirma que los dibujantes de los juicios o los escraches intervienen con sus acciones un espacio público, entendiendo las calles de la ciudad y los tribunales como ámbitos donde toda persona tiene el derecho de circular, y son por lo tanto de uso público. Como espacios públicos que conllevan una dimensión social, cultural y política, y que se convierten en territorios desde donde accionar con manifestaciones políticas y expresión comunitaria. El espacio de un tribunal es un territorio ajeno para el artista, Doberti cuenta la experiencia así: “Trasladar allí un taller, montar una clase con modelo vivo es un símbolo multidireccional: es aprender desde el lugar donde se quiere encubrir, es crear donde se habla de lo que se aniquiló, es registrar a quienes quisieron ocultarse, es poner imágenes a los silencios.” (Doberti, 2013).

Las acciones llevadas a cabo en Dibujos Urgentes coinciden con las reflexiones que se realizan alrededor de la esencia del arte y las preguntas sobre el “ser” artístico. Preguntas que resultan irrelevantes, ya que para el activismo artístico el arte se considera un reservorio histórico no sólo de “representaciones estéticas” sino también de herramientas o estrategias materiales, conceptuales y simbólicas. Se explica al respecto en Perder la Forma Humana:

“El activismo artístico echa mano de ese reservorio tanto para producir antagonismo y confrontación (especialmente bajo condiciones de represión grave) como para ampliar los márgenes de lo posible (desbloquear el sentido común sobre qué se considera arte, extender el uso de las herramientas creativas, construir sociabilidad y política, etc.) más allá de las instituciones del arte y la cultura.” (Expósito, Vidal, Vindel, pp.45, 2012)

Los dibujos en acción de los Juicios son actos performáticos que involucran a los victimarios, a las víctimas-testigos, a las dibujantes y al público.  Apuntan a la memoria colectiva de manera siempre participativa y dolorosa. Doberti (2013) misma lo define así: “Son acciones en espacios públicos (que a veces atraviesan ámbitos privados) de relaciones corporales, objetuales, territoriales y presenciales. Son catárticas, reparadoras y denunciantes.”  Son  acciones con contundencia colectiva (jurídica), documentos de colaboración múltiple, legajos develados masivamente, y por lo tanto, memorias compartidas. Dibujos Urgentes da cuenta de las acciones artísticas que, varias décadas  después del regreso a la democracia en Argentina, continúan trabajando con lo insepulto y la memoria.
 

REFERENCIAS Y BIBLIOGRAFÍA

AAVV, Perder la forma humana. Una imagen sísmica de los años ochenta en América Latina. Madrid, Editorial: Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofia, 2012.

Doberti, María Paula, De la denuncia al registro: escraches y dibujos de genocidas. ​Ponencia para las Primeras Jornadas de Avances de Investigación del Instituto Gino Germani "Entre el terror y la fiesta. Producciones culturales en la última dictadura argentina". Buenos Aires, Facultad de Ciencias Sociales (UBA), 2013.

Doberti, María Paula y Bekeris, Eugenia , Víctimas, victimarios. Dibujos y reflexiones en los Juicios de Crímenes de Lesa Humanidad. Ponencia para el Seminario Internacional Políticas de la Memoria "30 años de Democracia en Argentina. Logros y desafíos." Buenos Aires, Centro Cultural Haroldo Conti. 2013.

Sitio oficial de Dibujos Urgentes. https://dibujosurgentes.weebly.com/abo-iii.html