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El monólogo mudo. En torno a la obra de Samuel Beckett.
El monólogo mudo. En torno a la obra de Samuel Beckett.


número 22 | marzo 2024
Reseñas
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Margarit, Lucas. El monólogo mudo. En torno a la obra de Samuel Beckett. Buenos Aires, Atuel, 2023, 339 páginas.

Mariano Nicolás Zucchi (CONICET/UNA-IIT)

 

 

Conocemos el sonido de la palmada de dos manos,
pero ¿cuál es el sonido de la palmada de una sola?

Un Koan Zen

 

Samuel Beckett (1906-1989) fue, sin dudas, uno de los escritores más importantes del siglo XX. Su obra no solo obtuvo múltiples reconocimientos (entre los que se encuentra el Premio Nobel en 1969), sino que también tiene, aún hoy, una influencia notable en la dramaturgia contemporánea. El carácter rupturista de su propuesta –en particular, su rechazo a los modos de construcción realista– lo convierten en una figura ineludible de la historia de la literatura y el teatro universal.

Lucas Margarit ha dedicado buena parte de su vida académica al análisis de la vasta y compleja producción del escritor. Los 19 capítulos que conforman El monólogo mudo. En torno a la obra de Samuel Beckett (Atuel, 2023) son prueba de ello. El libro, que cuenta con un prólogo a cargo de José Francisco Fernández, ofrece una mirada aguda y pormenorizada sobre la poesía, el teatro, las traducciones y los textos académicos del autor irlandés. La publicación, vale aclararlo, reúne una selección de trabajos previos realizados por Margarit a lo largo de su carrera. Sin embargo, no se trata aquí solamente de una mera compilación: cada texto fue reformulado incorporando bibliografía actualizada y los últimos hallazgos realizados por el investigador en su incesante estudio de la literatura becketiana. 

Al tratarse Territorio teatral de una revista ocupada de los fenómenos dramáticos, en esta reseña abordaremos aquellas zonas del libro dedicadas a examinar las particularidades de la escritura teatral de Beckett.

La dramaturgia becketiana, como se sabe, cuestiona la eficacia del lenguaje como herramienta de comunicación y como instrumento capaz de construir un discurso organizador de la experiencia. Margarit, en su libro, busca identificar, a partir del análisis de casos concretos, algunas de las implicancias que supone concebir el lenguaje en estos términos. Al respecto, encuentra que la opacidad lingüística presente en la enunciación de los personajes pone de manifiesto la existencia de una relación conflictiva entre las palabras y la realidad extradiscursiva: la imposibilidad de establecer vínculos claros de referencia no solo exhibe la ineficiencia del propio lenguaje, sino también funciona como “una metonimia del mundo corroído” (p. 321), de una realidad en ruinas, que solo puede percibirse de forma fragmentada. Asimismo, el libro observa un correlato entre la desintegración lingüística y la degradación corporal. La descorporización que atraviesan los personajes becketianos, muchos de ellos discapacitados y mutilados, constituye un proceso que amenaza sus identidades y que también atenta contra la posibilidades de la representación teatral. Así, al poner en tensión su futura puesta en escena, la dramaturgia de Beckett asume un posicionamiento respecto a la naturaleza de la literatura dramática.

La publicación, además, –y es este, quizás, su aspecto más innovador– examina las piezas del escritor irlandés a la luz de otras tradiciones artísticas y teóricas. Por ejemplo, observa similitudes y diferencias en las concepciones de poder y de discurso entre Final de partida y La tempestad, de Shakespeare. También, identifica algunas de las características distintivas de la construcción del espacio dramático en el teatro de Beckett comparando su obra con la de Pinter y con la propuesta de Peter Brook. Las ideas de este último le sirven a Margarit para mostrar que la indeterminación espacial de las piezas becketianas invoca una representación del mundo como inhóspito y devastado, que aumenta la incertidumbre que atraviesan los personajes y colabora en la desintegración de sus identidades.

Finalmente, vale la pena destacar que El monólogo mudo, en su afán de aportar un examen integral de la producción literaria de Beckett, se ocupa también de analizar otros materiales que, vinculados con la obra del escritor irlandés, permiten enriquecer sus interpretaciones. Concretamente, el estudio de los manuscritos, los cuadernos de notas y el epistolario de Beckett arrojan luz sobre los procesos de construcción de sus materiales y sobre algunos de los autores que más influyeron en la definición de su orientación estética. Asimismo, la investigación que el libro propone sobre las traducciones de Beckett (las realizadas sobre su obra y las hechas por él mismo sobre textos propios y ajenos) representa un verdadero hallazgo en la publicación, puesto que pone en relieve algunas particularidades de la forma en la que concibe el lenguaje, atributos que solo se vuelven evidentes al observar la complejidad inherente a la tarea de traducción. Por último, el libro dedica también un capítulo a investigar la recepción de la producción del escritor irlandés en Argentina. En particular, se describen las primeras representaciones y traducciones de sus piezas, que sirven para identificar los modos en los que fue leído y su impacto en la escena local.

Como se desprende del desarrollo anterior, El monólogo mudo presenta un abordaje completo y detallado de la literatura becketiana, que sintetiza años dedicados a la investigación de los textos del autor. Sin dudas, se trata de una publicación que exhibe no solo el vasto conocimiento de Margarit sobre Beckett, sino también su solidez como crítico y teórico de la literatura.