número 22 | marzo 2024
Críticas
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Parlamento de Piel de Lava

Por Clara Mari (UNA/UBA)

 

Dramaturgia: Piel De Lava

Intérpretes: Elisa Carricajo, Valeria Correa, Pilar Gamboa, Laura Paredes, Federico Zypce

Vestuario: Rodrigo González Garillo

Escenografía: Rodrigo González Garillo

Iluminación: Santiago Badillo

Diseño De Sonido: ZYPCE

Música: ZYPCE

Diseño: Pablo Sternbach

Fotografía: Pablo Sternbach

Entrenamiento vocal: Bárbara Togander

Asistencia de dirección: Ianina Maglia

Dirección: Piel De Lava

Espacio: Complejo Arthaus Central

 

Cuando el público entra al complejo Arthaus Central donde transcurre Parlamento, la acción ya está empezada. Se ingresa in medias res a una escena en la que Pilar Gamboa en el personaje de la Presidenta habla sin interrupción en dialecto español. Las palabras se suceden sin pausa en un tipo de discurso que no parece necesitar ni coherencia ni receptores. Ella se ubica en una silla absurdamente alta e incómoda que destaca su lugar de poder: es quien tiene el presunto rol de dirigir al resto de las participantes.

El espacio se completa de manera simétrica con dos bancas a la izquierda y dos bancas a la derecha. Laura Paredes, Elisa Carricajo y Valeria Correa construyen a sus personajes a través de variantes dialectales que las figuran como representantes de diferentes partes del mundo. Lo que tienen en común más allá de los matices particulares es la construcción de un discurso vacío, fundado en el gesto, en la performance, en el énfasis más que en el contenido. Por último, a un costado, la presencia de Federico Zypce aporta el diseño musical en vivo.

La extraescena que construyen desde sus intervenciones es la que permite pensar la obra desde la ciencia ficción. El espacio blanco al que accedemos se define como un arriba que tiene por función decidir sobre las vidas de quienes están en un abajo hipotético y distópico. La realidad cruda que se vive allá lejos depende de convenios y de acuerdos llevados a cabo por personas que ni siquiera pueden escucharse entre sí.

Luego, en tiempo de redes, prevalece lo exagerado de una postura que genere miradas sin importar lo que realmente esté detrás. Personajes en trajes verdes similares a los que se usan para construir efectos especiales se interponen, filman y dan cuenta de que lo que importa es la atención. La mala publicidad también es publicidad o, en este caso, propaganda.

Cualquier parecido con la realidad contemporánea no es pura coincidencia. Las actrices cuentan cómo gestaron la trama a partir de la observación de videos de representantes sobre todo de la derecha política. La obra en sí es resultado de un proceso colectivo de investigación llevado a cabo gracias a una residencia propuesta por el propio complejo Arthaus Central que fue antes un banco y que por el interés de su dueño Andrés Buhar ahora funciona como espacio de búsqueda artística y exhibición.

El grupo Piel de lava que conforman las cuatro actrices desde hace veinte años y que viene de una obra tan lograda como es Petróleo encuentra en esta propuesta experimental un gran acierto en fundir el Parlamento en su sentido de órgano representativo y el Parlamento en su sentido de diálogo teatral. Ficción y política se entrecruzan y muestran cómo el límite que las separa puede ser permeable.